"The great Gatsby" de F. Scott Fitzgerald
1925, Estados Unidos
Nick Carraway, recién llegado a la pudiente comunidad de West egg en Long Island desde el medio oeste norteamericano, es ajeno a las costumbres de la aristocracia local acostumbraba a carecer de interés por algo que no sea la superflua vida despreocupada que puede otorgar el dinero. Rápidamente su inocencia mezclada con su mala suerte, lo colocan en el ojo de una serie de problemas ajenos, donde se ve convertido en el confidente de más de uno de sus conocidos, lo que lo conduce a fin de cuentas a ser testigo de una tragedia mayúscula. El mayor mérito de la novela es que nunca deja de ser una historia ajena; una historia que llega nosotros de segunda mano, donde el protagonista del libro tuvo un nivel más bien de espectador, con la impotencia que esto conlleva ante el desarrollo general de los hechos.
En esta obre cumbre le la literatura norteamericana quedan reflejados de una manera más o menos fiel los años veinte del siglo pasado, donde a pesar de pertenecer a la modernidad siguen siendo asumidos modelos sociales hoy arcaicos como la segregación racial y que la diferencia de clases sea un factor determinante para la vida social. Resulta una buena fuente acerca de las raíces de la idiosincrasia clasemediera, pues la cultura neoyorquina es uno de los tres pilares fundamentales en los que se basa la personalidad de cualquier chico que haya crecido con la televisión estadounidense.
Desde que se comienza a leer se puede notar que ciertas actitudes de urbanidad otrora inapelables, están cubiertas por un velo de subjetivismo, que permite a cada quién otorgarles la interpretación más conveniente en el momento.
Como un pseudointelectual, El gran Gatsby es especialmente interesante conocerlo por dibujar un boceto bastante parecido de la aristocracia intelectual a la cual pertenecemos; la trama se desarrolla en una clase semi-alta que no alcanza a ser morbidamente rica pero se da sus aires -los nuevos ricos, digamos- y por lo tanto puede traducirse como un manual de acción. ¿Quién, alguna vez, no ha sido el confesionario de dos sujetos que resultan odiarse mutuamente? ¿quién no ha presenciado líos de faldas entre amigos para luego, en la reuniones comunes, estar al tanto de las miradas incómodas y los comentarios filosos entre uno y otro? Las pequeñas dimensiones de cualquier tipo de aristocracia crean un ambiente en donde los cotilleos, los dobles sentidos y las sonrisas hipócritas se convierten en el inevitable pan de cada día.
Las citas de esta novela deben de hacerse con sumo cuidado y mi recomendación personal es dirigirlas más como un comentario espontáneo que como una frase memorizada (lo cual implica no dar el crédito correspondiente (¿pero alguien acaso da el crédito al Dr. House cada vez que se repite en las fiestas algún comentario irónico de la primera temporada aprendido al pié de la letra?). Este libro se puede sacar a relucir en una conversación de literatura mencionando que sentó un precedente estilístico pues su escritura es despreocupada y poco ceremoniosa, característica que luego se convirtió en referencia de la literatura norteamericana del siglo XX; Aún hoy encontramos que las novelas provenientes de los Estados Unidos son coloquiales y de lectura ligera situando al lector más como un amigo del protagonista que como un espectador ajeno a la trama. También puede hacerse una relación directa con la música, aludiendo a la ruptura total con las formas artísticas establecidas durante la segunda mitad del siglo XIX y convirtiendo así la cultura en algo popular, como lo fue su contemporáneo, el Jazz; así, la literatura se volvió algo para el viandante común, un ritmo que se baila con soltura y no con una anquilosada postura.
Por estas razones, El gran Gatsby es uno de los cien libros fundamentales que cualquier pseudo-intelectual hispanohablante debería de leer.