Un viaje...
... autoaccidentado. No se que pensar, no se porqué no reaccioné como debía. Escribir, como siempre, me salvará.
Mira mujer: Me gustas, sí. Te gusto, estoy seguro de ello. El problema soy yo respecto a tí. ¿cual es el problema? Ninguno, no lo sé. No sé ni lo que pienso y me niego a pedir consejo. Podría llamarte y preguntarte que pasó y decir me equivoqué, lo siento (o tal vez omitiendo el lo siento, tal vez no vale la pena sentirlo). Podría tal vez dar la media vuelta e ignorar que pasó todo. Podría citarte y solucionarlo ahora tratando yo contigo, pero no sé si reaccionarás. Puedo decirtelo a la cara, viendote a los ojos, viendote a los labios. ¿qué pasará?
Muy bien, has alcanzado tal vez una posición alta en mi cabeza, pero eso de que las cosas se den no se me da. Tal vez lo que busco es extraño y no existe, pero tu sabes que no es lo de siempre; Que no es en serio y no es un juego; Que lo que espero de tí es no esperar nada o por lo menos no demasiado; Que quiero que esperes de mí lo mismo que esperas hoy. Quiero estar contigo, quiero saber que estoy contigo y punto. No soporto la indecisión a la que nos he arrastrado (contradicciones, ironías sin ganas de explicar ahora).
Fue mi error (¿fue un error?) hoy es consecuencia de mis actos ayer. Días que fueron y ya pasaron no hay mucho para cambiarlos. No quiero cambiar ayer, quiero cambiar mañana. O tal vez quiero que nada cambie.
Podría escribirte un post, colgarlo en mi blog, llamarte y decirte entra, leelo pero me parece demasiado cobarde...
(O tal vez ya estoy contigo, y ni siquiera me he dado cuenta).