Dale, que yo no soy un niño rico de las lomas que puede darse el lujo de ser intelectual y ser perdiscuo (Perdido-promiscuo) a la vez. Dale, que yo no soy coyoacanense cool. Solo soy yo, y tengo que asumirlo. O soy intelectual o soy perdiscuo.
Mi generación, en cualquiera de los casos, está hechada a perder pues es una generación que obedece las reglas sin rechistar y para la cual transgedir es una moda, no una necesidad o por lo menos una necesad. A darle átomos, repito al clamor unísono de mis héroes, Los Simpsons, de quienes surgió el 74.3% de mi repertorio de gags actuales.
He perdido el valor en mi pequeña cortina de plasma, vamos. Maldita sea, tengo ansias de escribir, peor no tengo nada que decir, vengo acelerado... Saldre a saltar por los techos, tal vez eso me calme...