Las sombras invadían el lugar. Hay alguien sentado en la oscuridad, se mece entre la poca luz q hay. Las paredes son blancas, pero oscuras. Una gota cae al suelo, una cucaracha pasa corriendo. Se escucha un rechinido y entra más luz. Un hombre de blanco se acerca al sujeto de la esquina. Le dice algo al oído y el sujeto se levanta. Es un hombre joven, bien formado, rubio y de facciones duras. Sus ojos no reflejan nada. Son negros, totalmente negros. En hombre de blanco baja la mirada y lo conduce hacia fuera. El sujeto voltea ala cámara. Se extingue la imagen. Todo es negro.
Las miradas convergen en sus pupilas y las miradas oscurecen. Todo lo que él ve es negro. El hombre de blanco coje la daga. La luna es atravesada por una nube que ignora el horror que está apunto de nacer. La daga se acerca al ojo y lo rasga con un movimiento rápido y certero. En la composición del universo se abre un hueco para albergar un grito. El hueco nunca será ocupado. En silencio, el engredo mira al hombre de blanco con el ojo sangrante. Las paredes, antes blancas, ahora son rojas. Ya no hay hombre de blanco. La sangre salta como si tuviera vida propia y empieza a pegarse al único que quedaba allí. El ojo seca. Ahora es rojo. Todo es rojo. Las sombras rojas invadían el lugar.
OTRO CHIDO TEXTO UNO MAS PARA LA COLECCION
Escrito por MARIO a las 14 de Noviembre 2003 a las 08:26 AM