Así como la comida de super, los pensamientos profanos atacan mi cabeza: ¿qué hubiera pasado sí....? ¿todo esto está bien?
Debo admitirlo; no me preocupa en demasía, pero es una espina irremediable clavada dentro de mí, creo que por el intestino; una espina grande, una espina suelta, una espina digna de una muerte lenta y llena de dulzura.
Canciones que evocan la carretera y los pueblos que no volveré a conocer, pasiones que no son pasiones sino orgullos.
Ja, y oso decir que no estoy dolido, cuando la fuente verdana no hace más que rondar mi psique con un cuchillo. El estilo del infierno es el mejor, dicen por ahí.
Ja, pero tranquilo,que apenas tengo 21 años y no tengo mucho futuro, así que no vale la pena azotarse. Aunque, debo admitir, tenía ganas de pelear esa noche, mis ánimos eran lo menos conciliadores del mundo. Y es que con ella pasó algo curioso; escribía en el blog... YO escribía en el blog. Generalmente es al revés, tendrán claro aquellos que sean lectores asiduos de este rincón tan patético del Internet (osea, nadie). Pero los sueños ofuscados por waffles robots y cosas del estilo se destrozan al contacto con el aire, desnaturalizando los minerales que creó en mí, los diamantes en bruto que creía poder extraer de la mina de mi hígado (ah, sí, es que yo siento cariño con el hígado, no con el corazón, cabe mencionar). Y aunque las ventanas de mi casa y d e mi computadora vibren cada vez que un helicóptero de los federales viene a recogerme, sigo extrañando todo eso que no sucedió, iconografía iconoclasta, babosadas, al fin y al cabo.
Porque la calma.... -suspiro-, la calma.
Oh, bueno.
Such its life in the tropics.
Si es cierto eso de que el pasado y el futuro, los modificamos porque existen ahora sólo que en otro espacio, pensaría que haciendo un presente pleno puedes cambiarlo todo...
Yo sí te leo... suerte
Escrito por Vicky a las 24 de Diciembre 2008 a las 08:48 PM