El caníbal de Rotenburg asegura en el nuevo proceso que su víctima deseaba ser devorada
Armin Meiwes, el famoso caníbal alemán, vuelve a ocupar el banquillo de los acusados. Tras ser condenado a una pena de ocho años y medio de prisión por un juez de Kassel, que lo encontró culpable de un delito de homicidio, la fiscalía apeló con éxito la sentencia y, desde el jueves, el caníbal de Rotemburg es sometido a un nuevo jucio, esta vez en la Audiencia de Francfort.
No habrá sorpresas ni nuevos relatos espeluznantes en el nuevo proceso, pero ayer, Meiwes reveló un hecho que puso en entredicho su estado mental, calificado en su momento como «normal» por un sicoterapeuta. «No lo quería matar, sílo comerlo», puntualizó.
Al igual que hizo durante el primer juicio, Meiwes volvió a relatar con todo lujo de detalles el sacrificio humano que llevó a cabo en su vieja casona de Rotenburg el 9 y 10 de marzo de 2001, cuando mató, troceó y devoró parcialmente al ingeniero electrónico berlinés Bernd-Jürgen Brandes.
«Antes de clavarle un cuchillo en el cuello, no sabía si orar ante Dios o ante el diablo», contó. «Finalmente pedí perdón a Dios y le hundí el cuchillo». Pero Meiwes sigue sosteniendo que nunca quiso asesinar a su víctima y volvió a recordar que Brandes le había regalado su cuerpo. «Él deseaba morir y ser devorado», repitió.
Hace un año, un juez de Kassel aceptó la versión de Meiwes. «Visto desde un punto de vista legal, se trata de un homicidio, es decir, de matar a una persona sin ser un asesino», argumentó. Su sentencia indignó a la fiscalía, que había acusado a Meiwes de asesinar para satisfacer «una oscura y depravada pasión sexual».
El nuevo juicio puede concluir en marzo y, cualquiera que sea el veredicto, volverá a ser polémico. Y es que el código penal alemán no contempla el canibalismo.
Pero Meiwes añadió ayer un nuevo y macabro detalle. Después de de descuartizar a su amigo, se regaló un día de descanso. El 12 de marzo de 2001, cubrió su mesa con un mantel, la adornó con velas y utilizó su mejor vajilla para darse un banquete. Mientras comía carne humana, volvió a ver el vídeo de su víctima, con quien había tenido relaciones sexuales antes de matarlo. «Al contemplarlo, me masturbé», dijo el caníbal. Una observación que puede ser utilizada en su contra.
EL CORREO DIGITAL | SOCIEDAD - «No quería matarlo, sólo ansiaba comerlo»
Escrito por Rho NivonoG a las 17 de Enero 2006 a las 03:50 PM