cronicas de un mundo sin dioses aparentes

MUERTEEEEEEEEEEEEEEE

Y ni siquiera sé la razón de tanto malestar. Sólo sé que no estoy bien. Siete días de playa y creí que todo estaría arreglado, pero la realidad es otra. Una vez de regreso, de nuevo me doy cuenta de que no estoy bien. Últimamente leo menos (eso me alarma), no quiero estudiar para mi examen de mañana y realmente sé que no lo voy a hacer y me vale la calificación que pueda sacar mañana. Eso no es normal en mí.
Hoy fui a entregar la revista OPIO de cuentos y poemas de mi escuela a la imprenta. Me dieron ganas de romper el CD donde venía a medio camino. Tirarlo al piso y pisotearlo. A la mierda. Llevo 2 meses chingándome en él. Y finalmente todos me van a decir lo mismo: Oye, que mierda de revista. Todos ahí escriben mal. Lo peor del caso es que probablemente tengan razón. La revista va en decadencia, al igual que toda la escuela. Y yo soy la única pendeja que sigue luchando por ella. A la única que le importa. A mí y a las maestras Marilú y Laura. Pero al fin y al cabo la revista la tienen que hacer los alumnos ¿no?. AlumnoS???? cuales alumnos??? fuera de dos chavas de sexto que tuvieron la amabilidad de ofrecerme ayuda, nadie es capaz de hacer nada. Yo hice todo. TODO. Me dieron un bonche enorme de textos y dibujos. Yo escogí, dí un orden, corregí, edité, diseñé, escaneé, pasé todos los textos a máquina, le dí un formato y hasta lo llevé a la maldita imprenta. Me pregunto: ¿vale la pena de verdad? No sé, simplemente no sé. Nadie va a reconocer mi trabajo. Sé que debo tener la satisfacción propia, pero en este caso ya no es posible. Todo está en decadencia.
Total que ahí tienen a su pendeja yendo sola a la imprenta, esperando sola 2 horas a que la atiendan, regresando sola. En mi casa, a nadie se le ocurre preguntar cómo te fue, cómo te sientes. No, eso ya se les olvidó. Total que espero 1 hora más para la única satisfacción del día: mi clase de baile.
Y la clase de baile ya pasó. ME sentí mal porque no soy suficientemente buena a pesar de todo lo que me esfuerzo y no sé que es lo que me pasa, porque si en algo estoy poniendo todo de mí es ahí. Todo. Y siento que no avanzo. El baile me hace bien, es lo único que me hace bien y necesito bailar bien para sentirme bien. Si no, una frustración más, que es lo que menos necesito.
Y luego la comida. Si me pongo a dieta, todo el mundo se preocupa porque me vaya a volver anoréxica. Sí, soy obsesiva, pero sé hasta donde llegar. Y hoy quiero cenar muy tranquilamente un maldito cereal con yoghurt cuando me vienen a chingar con que estoy comiendo mucho y que luego me voy a arrepentir. Entonces no entiendo. Hago 8 horas de ejercicio a la semana y creo que se controlar mi alimentación. No necesito que me estén mortificando. Sólo quiero que me dejen en paz. Cuando por fin decido relajarme y dejar de sentirme mal por lo que como y cenar un lunes, "estás comiendo extras". Cuando hago 2 comidas al día y tomo mucha agua, "estoy exagerando". CARAJO!!!!!!! Dejenme en puta paz!!!!!!!!!!!!
Estoy cansada. Cansada de cumplir con todo y complacer a todos y que eso no me deje nada. Que nadie se detenga un día a preguntarme, ¿cómo te sientes? ¿qué quieres? y yo, por lo tanto, no pueda explicarles que estoy explotando, que no puedo vivir más en el deber. Que cumplo con todo lo que tengo que cumplir y no me siento satisfecha, que necesito de algo. Que necesito de alguien. Que no me quiero amargar.
Pero no, es mucho pedir. Tengo que seguir siendo la graaaaaaaaaan amiga que siempre ayuda a estudiar, presta sus apuntes, pasa sus trabajos, escucha todos los problemas, acompaña y sonríe. Tengo que seguir siendo la alumna estrella de un colegio de supuesta excelencia que cada día se va más a pique. ¿Qué necesita el vives? ¿Que pinte las paredes, que limpie los baños? Todo sea por mi escuela. Más concursos ganados, más actividades extra, más dieces, no se molesten en cuestionarse porqué lo hago. Tengo que seguir siendo la hija perfecta, de excelentes calificaciones, responsable, amable, siempre agradable y de buen humor. Además, tengo que obedecer a los demás respecto a qué comer. Sí, claro, cómo no. Sonrisa falsa.

¿Algo más?... Sí hija, por favor súbeme una cerveza y cacahuates para cenar. Y sonríe, que no tienes razones para sentirte mal......