cronicas de un mundo sin dioses aparentes

Marcar distancia

El abrazo fue tan realista que podía sentir aquellos dientes atravezando, poco a poco, mi cuello, drenando mi sangre, yo sobre su regazo en la situación deseada pero con un pequeño toque de surrealismo al morir. La sensación trapasó realidades y pude sentir aquel instante en el que tu sangre sale del cuerpo para alimentar a alguien más, dar vida a un muerto, ser muerto sin perder la conciencia. Solo por eso abdiqué; no vale la pena crear castillos en el aire, suficiente tengo habiendo asumido que NO los crearía.
Además, si toco el tema, estaría admitiendo frente a mí mismo que me importa, cosa que no quiero aceptar, las cosas pasan, nada es para siempre, nisiquiera la muerte en vida.
No quiero que el asunto afecte en mi realidad, la física por lo menos. Tal vez por eso escapé de aquella situación que no puedo decir si era verdad o no lo era solo por su simple protagonista. No quiero que lo sea, nada es para siempre.