Domingo; 9:37 pm; Cd. De México:
las luces brillan en la ciudad, tintineantes, como siempre lo han hecho, el zumbido del neon ilumina las calles. Volteo para arriba y veo el letrero del supermercado, el viento caliente por alguna razón me crea escalofríos. He llegado aquí siguiendo las rutas de toda la vida, estoy donde siempre he estado; recuerdo claro el cine, las tiendas, el cuadro de mosaicos donde se ve el planeta desde afuera, digno de un supermercado. Ahora, un galerón asceptico que brilla con invisibles parpadeos de las luces de neón. Las calles, la ruta de siempre, avenida revolución, vuelta en carracci, la esquina del bulldog café, llegar a la plaza, seguir derecho, dar vuelta a la izquierda. Porfirio díaz: a la derecha. Hago el mandado en una ciudad que no parece si misma, una ciudad que los domingos en la noche se disfraza de mujer y sale a pasear maquillada y con tacones, una ciudad con un oscuro secreto. Esta ciudad se transforma en una ciudad de provincia, o de otro país, o un pueblo fantasma, no importa qué, pero deja de ser ella.
Lunes; 1:06 am: mi cama ajena:
No puedo dormir. El calor corre por mis venas, los sueños con japon, la ropa quemada cual bandera, la perforación de mi ceja. Despierto sobresaltado, desordenado en una cama que no parece la mía, pero lentamente me hago a la idea. Lunes en la mañana; Mayte no podía dormir, sacrifício de sal.
Lunes; 3:19 am; Algún lugar de villacoapa:
No puedo dormir. Sal. Respira ¿puedes olerlo? ¿puedes saborearlo? Yo sí. Es un sabor amargo. Tristeza. Dolor. Nostalgia. Muerte. Lástima. Todas las noches es lo mismo. Fíjate bien, cierra los ojos. ¿puedes sentirlo? Yo sí. Tú corazón es oprimido por una fuerza inimaginable. ¿ puedes expresarte? Yo no ¿puedes gritar? Yo no. mis pulmones se hacen pequeños. No puedo retener una bocanada de aire ¿sabes lo que es? Yo sí. Impotencia. No hables. No respires. No te muevas ¿puedes llorar? Yo no. no más.
Lunes; 8:55 am; Algún lugar de mi casa:
musa, me preocupas. ¿no puedes respirar? La sangra corre por tus venas como el calor por las mías, debe de seguir corriendo por ahí, no por el suelo de tu casa ¿te despides? No quiero que te despidas, no tiene sentido despedirse cuando aún no te vas. Empiezo a creer que va más allá de tí, tú y tus oscuros secretos, no hay mucho que se pueda hacer contra las circunstancias... tienes que confíar en mí cuando intento ayudar ¿no quieres ayuda? ¿no la necesitas? No me importa, te quiero y te quiero ayudar, así que no me detendrás... se que no te sientes bien, pero las noches son para descansar, no para morir una y otra vez. No para morir definitivamente. Vamos, sigueme, algo podremos hacer...