Las pesadillas de muerte me invaden. No sé que hacer; siento un tubo en mi garganta, me despierto por la noche soñando que me encuentro atado a una cama, estando hasta el único final que encontramos atados a un dios inexistente.
Entonces me despierto a las 4 de la mañana allá en peña de Bernal, pensando en el dolor que invade cada fibra de mi cuerpo, destrozando cada rastro de cordura que asoma por mis ojos. La ventana tiembla y veo a mi madre viendo fijamente, mi madre muerta, mi madre pálida y fría. Las lágrimas corren por mis y la impotencia me hace pedazos. Por un lado disfruto tener sentimos, disfruto el dolor de mil clavos entrando al mismo tiempo en mi alma. No puedo estancarme.... NO PUEDO ESTANCARME.
Todo es lodo, tú eres lodo, yo soy lodo. Mi hermana es mierda. Mi hermana odia la vida y odia la realidad y solo obedece a un dios inexistente. ¡un dios inexistente! Cuando trabajo la culpa me consume. Cuando manejo la culpa me consume. Lloró.
¿Quienes somos? Hablar en voz baja no ayudará.