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29 de Febrero 2008

borrador #N

Aunque los comerciantes pretendan hacernos creer que todo en esta ciudad huele a nuevo, Vicente sabía bien que todo en esta ciudad huele y olerá a lo siempre ha olido; olor a cumbia y a ritmos tropicales secundarios, a charco, a hacinado, a estofado de vaca con bebida extremadamente azucarada. Una sola fibra nasal puede hacer salir lo peor de las personas. El patchuli inunda los redondos copetes de aquellas que alguna vez fueron damiselas. En esta ciudad nadie tiene un olor agradable, en cualquier caso; los policías huelen a queso de supermercado vendido por docena, las verduleras huelen a 12 personas viviendo en la misma habitación, compartiendo cuarto con cientos de moscas grandes y masivas, los hijos de papi huelen a drama familiar causado por una herencia y a deudas faraónicas pero por demás ridículas, construidas al rededor de automóviles brillantes y sobreprotegidos. Los oficinistas huelen a plástico recién desempacado, un olor dulce y mareante capaz de hacer perder el juicio a los más moderados practicantes de iytihad, la reflexión musulmana, huelen al sentimiento de satisfacción posterior al estreno de un disco compacto, a sabiendas de haber superado la titánica prueba de ese empaque de celofán diseñado por sádicos trogloditas cuyo objetivo es desafiar la paciencia humana (porque ha de saber el lector que dios nos ha dado poca paciencia para poder así darnos profetas, cuya única verdadera virtud es tenernos paciencia, a semejanza de aquella sacrificada maestra de kinder que paso a paso guía a sus alumnos hacia una caligrafía perfecta). Aveces, en el distrito de burdeles, cada puerta emana un olor diferente, ora a comida de barrio, ora a fiesta de pueblo, ora a inmaculada limpieza, ora a agujas clavadas en alfombras de imitación oriental, ora a café veracruzano, ora a miradas descontroladas donde las pupilas se convierten en jueces inquisidores del destino que ellas mismos provocan. En cambio cuando las últimas luces de esas puertas son apagadas por los primeros rayos del sol, la calle subyacente solo huele a alcohol y arrepentimiento, noches de placer torturado por la imagen de una esposa que espera, preocupada, a aquel que debió llegar a cenar y convivir con los hijos un viernes por la noche, a los presupuestos gritos posteriores causados por esa farra noctura, por ese dolor. El arrepentimiento es tan denso como la niebla que empaña las mentes alcoholizadas, donde todas las mujeres son hermosas y putas, dispuestas a servir a aquel que merece heredar el destino de la humanidad, uno mismo.
Pero hoy ese camión olía diferente, olía a amor. Vicente aspiró profundo, buscando la fuente de aquel aroma que parecería tan escatológico a un poeta, pero no pudo encontrarla. Tal vez el olor a amor venía de ese cubo, probablemente usado para contener el agua usada para contener la mugre que los pasajeros cada día arrastraban al camión. Tal vez venia de la misma mugre contenida en el camión. ¿la mugre conserva los olores? Porque si es así, la mugre podría haber absorbido el olor a amor y solo refleja el amor de el lugar en donde se convirtió en mugre; ahora, si asumimos que los pasajeros del camión eran tan variopintos como los de cualquier transporte colectivo cuya ruta cruce la ciudad de México y ellos arrastraron la mugre hasta ahí, entonces esta ciudad está inundada de amor. “cuestión de estadística” por un momento pensó Vicente, pero rápidamente desechó esa idea por considerarla cursi y ordinaria, digna de producto chino cuyo público objetivo son las adolescentes de entre 12 y 16 años, preferentemente de bajo poder adquisitivo. La estadística, por encima de todo, es una ciencia humana y por lo tanto su objetivo cumbre radica en satisfacer la necesidad de sentido que se le exija, así que en ese tipo de situaciones su completa omisión era el punto donde encontraba su mejor funcionamiento.
Sólo entonces reparó en sus compañeros de trayecto: junto a él venía un hombre moreno, de facciones delicadas pero bigote poblado y viril. Tenía brazos de atleta, que contrastaban con una pequeña barriga que comenzaba a nacer en la base de su hebilla. La camisa azul no revelaba mucho de sus hábitos, pero Vicente pudo suponer que era un oficinista de bajo rango cuando encontró un grupo de folder color manila y azul pálido en sus manos, que resultaban toscas a comparación de su cara. El color de su pelo -negro, con pequeñas manchas de grisaseas en la capa más externa- concordaba con la teoría de Vicente. Era probable que viviera en un barrio en el norte de la ciudad, más allá de donde la cosmopolita avenida reforma se transforma en la corriente calzada de los misterios, (que desde el nombre condena a la anonimidad a las pobres almas destinadas a vivir alimentados por sus fauces-carriles), pues usaba transporte público (cualquier oficinista que se respete va en su automóvil a cualquier lugar, a menos que carezca de él).

Escrito por Rho NivonoG a las 29 de Febrero 2008 a las 08:56 AM
Comentarios

Me gusto la forma en la que expresas esa tristesa al recordar a tu abuelo, (la nostalgìa que envarga esa admiraciòn), la crìtica social y al forma de recordar como una sensaciòn te estimula y hace sencible pero...
El problema de tener tanta informeciòn y no saber que hacer con ella es que el mensaje que proyectas no es muy claro...
y ami como leectora me interesa saber que pasa qcon cada una de las situaciones y eprsonajes de una historia, cuento ,narraciòn o como se llame eso...
de ahì en fuera esta bien y no puedo decir exelente porque me tacharìa de favoritista, por ser ti cumple... por sierto muchas felicidades. lugo le seguire por que hoy no tengo tiempo... cuìdate mucho..

Escrito por 18 a las 11 de Marzo 2008 a las 04:06 AM

Hola soy FLORENCIA he mandado mensaje varias veces aca..pero sigo con ganas de morir extraño la ausencia del suicidio de mi hermano q se sucido hace tres años y no supero se pego un tiro en la cien..y yo desde los 14 años quiero morir..ENSIMA ENPASTILLADA con depresivos de los 17 años...de tantos suicidios que lei el mas convincente es el de veneno para ratas ..quiero saver donde puedo conseguirlo?? espero q me avisen en esta misma pag y mi casilla de mail es FLOWER3232@live.com...gracias besos a los suicidas que estan y a los q no estan....FLORENCIA .D.G

Escrito por FLORENCIA a las 5 de Mayo 2008 a las 02:12 AM
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