¿cuantas veces tendré que escapar? No por mucho ver la vía llega el puto tren más temprano; cuando se mueve me da sueño. Al final tus ojos y tu sonrisa ganan la batalla. (o la habré ganado yo?) creo que me gustan las historias con final agridulce, como película de Emir Kusturica). Y o me voy con el tan familiar vacío en la boca del estomago, aunque me voy felíz.
Ahora mismo esoy en un tren viendo como se acaba Mannheim. Tengo algo de sueño, es muy temprano (around 7 o´clock) pero si duermo ahora no dormiré rumbo a Viena, que será un viaje largo. El conductor de este tren, que me conduce a Frankfurt, da un alegre mensaje de bienvenida en un inglés que parece pronunciado por un chino, aunque dice llamarse Peter.
En cualquiera de loscasos, Peter, Ludwing o Xian-ho, Frankfurt es un destino vacío y Viena también lo es. Yo quiero quedarme viendo tus ojos color verde-ciudad y jugando con tu sonrisa palatinada (-media sonrísa cínica-). Me gustan las cartas románticas, aunque no tengan destinatario (...Me gustan más cuando no lo tienen, de hecho...) y solo las recibes tú, inexistente, dentro de mi cabeya. Jugar con tu pelo de multiples colores mejorpeores me entretiene y recuerdo escenas que no sucedieron.
Veo por la ventana del tren y sonrío; ahí, reflejada, estás tranquila, durmiendo en el asiento de al lado. No estás, sólo tu silueta, bonita, sonriente, sonriente siluta recortando el aire; una diferencia de presión (¿depresión?) donde no está tu cuerpo. No importa, estoy tranquilo. Sé que al fin y al cabo tu vas manejando los caminos de este viaje, no yo, qué has leído todos los libros del siglo XIX y que cada pueblo que pasamos fue escenario de uno de ellos; yo me arrastro entre tus memorias y tus novelas, tú me cuentas al oído la trama de cada estación, y cuando voy durmiendo no te escucho, solo te doy por tu lado, aunque en realidad no sepa de qué estés hablando. Todos los techos de doble agua a mí terminan por resultarme igual, ¿sabes?
Y justo cuando no me importas demasiado es cuando te construyes mejor; por eso me gustan los trenes, dormitar en ellos te hace real y convierte tus novelas en infinitas. Estudiar letras no te hace daño, después de todo.
Tus ojos verde ciudad están impresos en cada hoja de la vegetación que encvuelve las vías, por eso me siento menos solo que de costumbre.
Creo que dormitaré.
Cool
Escrito por Amore H a las 28 de Julio 2007 a las 06:47 AM