cronicas de un mundo sin dioses aparentes

Vacío, niño con hernia cerebral.

Quiero pedir y preguntar… en el vacío existencial en el cual me encuentro –una felicidad sin razones y con consecuencias nefastas- todavía no se en donde está la salida; es una especie de círculo vicioso, donde sonreír lleva a dudas que se resuelven sonriendo sin saber porqué. Tengo que diversificarme.
Justamente ayer pensaba a la ausencia computadoril a la que me encuentro sometido y en sus implicaciones como leer dos libros por semana, meterse a programas raros de la facultad de química de la UNAM, etc. sobre todo pensar… pensar más de lo sano. Pensar en negocios que suenan increíbles, pensar en textos escritos en el dorso de las hojas de la clase de japonés, pensar en fiestas, pensar en mi maldita y en apariencia irremediable situación. ¿Porqué me importa últimamente el tema de la pareja? no lo se… ya no lo se. Infinidad de razones han pasado por mi cabeza y francamente estoy perdido, no encuentro las suficientes como para estar seguro de mi mismo, de mis pensamientos y de las frases cursis que surgen respecto a ese tema mientras veo el techo. ¿Quién? tampoco lo sé, hay amistades que no quiero arruinar… hay cosas que ya están arruinadas, pero siguen ahí, como una fortaleza inexorable en el valle que tengo que recorrer…
Ahora todo está en ese valle. Pienso en un bebé que nunca conocí, que nunca existió, con una hernia cerebral… “la cabeza vendada, como Apollinaire” un vacío sin luz sonido o sensaciones, solo silencio y una gran bola atada ala cabeza por donde escapan lentamente los sesos. Un bebé rojo, como una langosta, que debió haber muerto hace mucho mucho tiempo.
En este momento estoy perdiendo el tiempo en myspace “lookin’ for friends”. Eso es patético, mejor lo dejo… listo.
Tantas ganas de escribir, tan pocas cosas al respecto de que hacerlo…
Este blog, creo, entraría en la categoría de “adolescente con granos”.