La ciudad de día es una, de noche es la que sigue. La ciudad per se importa más que cualquier cosa... la ciudad ES en si misma y me encanta salir antes del amanecer a sus entrañas, siempra hay una noche esperandome; un encuadre digno de fotografía, un aire frío que cala hasta los huesos, el sabor de esta maldita decepciónen la boca, que, aunque siendo otra, es la misma de siempre.
Eje central esquina Angel Urraza, 7 AM; mis calcetines siguen mojados desde la lluvia de anoche, perderme en el sonido del tráfico por un lado, en el olor de las flores del mercado -cerrado- por el otro. En medio de la urbe alcanzo a distinguir el canto de un gallo anunciando que el sol pronto acabará con la neblina citadina madrugadora, el sonido de esa maldita cumbia de moda se repite una y otra y otra y otra y otra vez en mi cabeza... esquina de vertiz y eje 6.
aquí, mareado por mis pensamientos me doy cuenta que lo que esta ciudad es, es todo lo que soy, yo no existo como tal... soy un gato de Schödringer dentro de mi caja; la teoría cuantica indica que al haber explotado el veneno y no haber explotado, estoy muerto y vivo a la vez, hasta que alguien compruebe lo contrario. ¿alguien lo ha hecho? Yo soy el gato, la ciudad es mi caja, la gente es el elemento radiactivo que me matará y no me matará al mismo tiempo. El veneno es el veneno. Entonces al ser dos a la vez, soy infinito, tan infinito como infinitos universos existan, en la mitad estoy vivo, en la otra mitad estoy muerto. ¿cuantas veces soy? ¿cuantas veces eres?
Heriberto Frías esquina con eje 6, el aire frío entume mis mejillas, sobre un poste de luz aquel transformador hace un sonido vibratorio al punto de la explosión. Un carro descuartizado en la acera derecha, una colonia donde la gente comienza a despertar a su paranoica vida. Yo estoy despierto desde hace casi una hora, yo ya probé la realidad. Hay que salir... allá afuera siempre hay una ciudad esperandome.
Llego a casa. Tiempo total del recorrido: 1 hora.
El sol está disipando las sombras...