El sol se dejó de mover
y el hombre comenzó a despertar.
El silencio permea cada una de tus muertes
y tu maldita costumbre de resucitar.
Me dirijo a usted, pues, como es debido:
con un nudo en la garganta y un poema sinsentido;
un reloj que no funciona;
un amanecer perdido;
desde este lugar que no existe
y un poco pasado de vino.
Me gusta tu sonrisa
y tambien tu no me importa,
me gusta tu mirada y tu forma de pensar;
me gusta tanto que no te guste nada,
te guste o no, me gustas, qué más da.
Cada vez que subo a una azotea,
sea esta de quién sea,
se que me dirán las luces de la ciudad:
ve tras ella, no te rindas, no la dejes escapar.
Cínicamente, sonrío; no es verdad...
luego enciendo un cigarrillo (aunque no sepa fumar).
Porque tu nombre no rima conmigo
temo y confío nunca lo hará.
tu nombre es un sustantivo, una excepción, algo especial...
¿yo?... como Leonor, cliente del cuervo (¡Nunca Jamás!)
No necesitas mentirme ni justificar tu pasado,
nunca aprendí a olvidar y nunca olvido querer,
no te estoy pidiendo nada (sonríe),
esto solo es el vicio
de hablar por no quedarme callado.
Lavidaesadelante.