Me encanta caminar en soledad. Aunque puede resultar aterrador como perspectiva de vida pero ¿qué más nos queda?
La vida es eterna soledad, buscamos gente que nos acompañe solo por consuelo, pero en realidad es imposible que dos personas recorran juntas el mismo camino, solo se sigue un simple paralelo. No lo sé... hoy he tenido esa sensación. Han sido días difíciles y me he dado cuenta de que camino solo, de que me siento solo, en eterna soledad. Antes creía que no lo estaba, pero reflexionando: todos tienen sus propios problemas, todos sus propios asuntos. ¿A quien van a importarle suficiente mis problemas para ponerse en peligro conmigo, no por mí, sino conmigo?
Me puedo sentir engañado, tengo derecho. Gente que dice comprenderme a la perfección, cuya opinión es importante y luego resulta que no es lo que yo creía. Despues viene el golpe de sentir que nadie puede dar un consejo objetivo, que nadie entiende nada, barrera infranqueable de humanidad física, estúpida soledad. Soledad que te separa d ellos demás y te pone melancólico, soledad con la que hay que aprender a vivir.
Soledad que provoca un agujero en la boca del estomago, una espada sin filo, un agujero sin dolor, pero presente.
Hoy vino a mi casa mucha gente, nueva en su mayoría. Con gente nueva me refiero a personas que conocía, pero nunca fueron alguien en sí. Hoy mucha gente pasó a ser alguien. Y me sentí rodeado de amigos y de personas con quien no compartir la soledad. Fue agradable, no puedo negarlo, el contacto humano, por más que finja que no me guste, debo de aceptar que me va y me reconforta. Y aún así, rodeado, reconfortado, calmado, seguía sintiendo la soledad. No la había sentido nunca de esta manera, pero me doy cuenta que es la misma condición natural. Antes, falsos pilares fingían que me acompañaban y nunca lo hicieron. Mi sangre se satura de mí, solo de mí, y de nadie más. Me ayudó a sobrevivir en el vives (mi antigua escuela), donde todos están en estrecha soledad, solos encerrados en el mismo cuarto, pero solos. Es extraño en si el estado del vives, todos contra todos porque nadie quiere estar no estar acompañado... hay que tomar un bando, amigos, enemigos, razones para matar, así perteneceré al grupo. Encerrados, a oscuras, sin saber quien es quien, lanza el golpe, el olor a sangre te recompensará, te ayudará a sentir que hay alguien más allá de la obscuridad; no estás solo. Al mismo tiempo, todos en su propio cuarto, a oscuras, lanza el golpe y sangra tu mano. ¿hay alguien ahí? Nunca estarás seguro.
En cambio, hoy mi soledad es más... pacífica. Es una soledad con la que tengo que aprender a vivir y que no tiene que afectarme. La vida en sí no tiene sentido, nosotros adoptamos el sentido que queremos para ella, cada quien para la propia. La inquietud permanente por si mismo es normal, la calma real solo se gana cuando se supone que se está seguro en algo, y para estar seguro en algo se necesita gente que nos apoye, gente que se sienta cerca... y en realidad estamos solos.
Midori dice que todo nuestro alrededor es nuestra construcción, que cada momento y cada recuerdo está influido por personas a las que nosotros mismos construimos, como un permanente amor platonico con la gente y en realidad ese sentimiento no es nada ni nadie. La gente con la que creemos convivir es nuestra propia proyección de esa personas sobre su verdadero ser, entonces no solo vivimos solos, sino que vivimos en nuestra fantasía, desconectados del mundo. Cada quíen en su imaginación, cada quien sin conectar con los demás sino con su versión de los demás.
Y a veces, no viendolo desde el lado pesimista (o el objetivo), la comunicación en sí no existe. sendas paredes nos encierran dentro de nosostros mismos, nuestro cuerpo encierran nuestras ideas, nuestros cerebros, barrerras que no somos nosotros, pero con las cuales hay interdependencia: sin el otro no somos nada... así, dentro de nuestra carcel, solo existe una forma de expresión que por su misma abstracción alcanza algunas ideas dentro de una conversación; sonidos que remiten a experiencias, todas diferentes, pero similares. mismos conceptos, distintas imagenes en distintas cabezas.... a veces muuuuy diferentes... incluso la forma de asociación de dos imagenes puede llevar de imagenes parecidas a conceptos con erronea transmisión... incluso ahora, que escribo, solo media persona de cada diez que me leen puede llegar a sentir una pizca de lo que siento al plasmar mis ideas aquí...
Mi calmada soledad. Nada que hacer, estoy solo, no me molesta, pero no me deja de inquietar. Mis ideas desordenadas no me han ayudado a llegar a ningún punto. Supongo que es la misma condición natural.... ¿qué más nos queda?
Tu proyección sobre las cosas deja de coincidir con la realidad, y tu soledad se vuelve infinita. Los objetos reales empiezan a expresarse por sí mismos, bailan con un ritmo amenzante.
Sólo te queda la introyección de ellos, mátalos, antes de que adquieran vida propia también en tu interior.
Primero que nada...gracias por la mención honorífica.
Buena reflexión, y más que reflexión buena construcción. Algo de dónde sacar para ir a pasarla en la azotea, qué más se puede pedir?
Mi pérdida de tiempo preferida.
A todos los que lean a Nivo...saludos. Se encontraron con un buen sitio.
Se pretende a veces evadir la soledad, y se intenta imaginar que no existe, pero...es realmente tan malo? es nuestra conidicón humana. Vivir asumiéndola casi como nuestra finitud, es parte de la consciencia indispensable para vivir acompañado. Acompañado y sólo. Sóledad para compartir de vez en cuando, aunque nadie entienda que compartes. Parte del aprendizaje. Intercambias ideas, tu soledad se completa. Sartre decía que la muerte era un momento, en el que llegábamos a nuestra plenitud...sólos...con nada más que con lo que empezamos esta jornada. Tú.
Escrito por Midori a las 11 de Febrero 2005 a las 04:18 AM