cronicas de un mundo sin dioses aparentes

Arte contemporaneo y perplejidad

La gente llega al museo en grupos. Los pocos que se atreven a navegar solos por él suelen terminar desconcertados y los que navegan con guía… también. El arte contemporáneo va mas allá de los conceptos, explícitos o abstractos, que se habían manejado hasta su aparición. Rompe con la teoría del color, con las bellas artes, con la armonía, con la perfección supuestamente buscada. La expresión es su último objetivo, persigue el concepto de la estética/antiestética, busca la sorpresa (concepto tan olvidado en estos días), el beneficio propio, el meta lenguaje, la hipocresía porque, debemos aceptarlo, en este ambiente un cuarto es creación y tres cuartos justificación.
Entonces ¿Cuánta validez tiene una obra de arte hecha para ser explicada? ¿el arte debe de expresar algo o debe ser hecho solo para sorprender? ¿el motivo debe de estar antes o después de la creación?
La gente llega al museo en grupos. Los pocos que se atreven a navegar solos por él suelen terminar desconcertados. Lo que les han enseñado en la escuela no tiene nada que ver con esto. Se preguntan cómo un feto de caballo puede ser considerado arte. Cómo un amasijo de productos de plástico verde está en un museo. Tratan de buscarle un motivo, un motor, alguna razón, algo que disipe esta falta de sentido:
“Belleza, expresión, dolor, televisión, amor, desamor, sueños, futuro, muerte… (¿Que más dicen las canciones del radio?)… ecología. Claro esto debe de hablar de la ecología, que es tan importante para nosotros y que es vanguardista.”
Así transcurren los pensamientos de algunos, otros solamente advierten la extrañeza de la obra y tratan de empatarla con los museos habituales, pero les es imposible. En sus mentes cuadradas una cosa que no tiene sentido no vale la pena. En su definición de arte una cosa grotesca no tiene sentido.
¿El arte tiene que ser bello? ¿En que radica la belleza, en la simetría y la simpleza de las líneas, en la armonía, en la calma? ¿El arte busca ser bello o la belleza es como el arte?
La gente llega al museo en grupos. Los pocos que se atreven a navegar solos por él suelen terminar desconcertados y los que navegan con guía… también. El guia camina de un lado a otro de la sala dando explicaciones vacuas de los objetos exhibidos. Si es retumbante, tiene que ver con la violencia del mundo. Si es simple, con la infancia perdida. Si es grotesco, con una infancia horrible. Si no hay explicación aparente, con la alienación de la zoociedad. Todo tiene uan razón, todas las razones tienen que ver con la supuesta decadencia del género humano. Todo tiene que ser una protesta. El guía tampoco sabe.
Todo el arte del MUCA, desde el caballito de la SeMeFo hasta la bandera chicana de
Adolfo Patiño, es arte personal, arte contemporáneo, arte posmoderno. En la posmodernidad las cosas no necesitan justificación, razón o siquiera ideología. El arte posmoderno nace por impulso, por buscar la belleza o la destrucción, la ofensa, la sorpresa, la perplejidad. No hay que dejarnos llevar por los

dictámenes de lo que conocemos como zoociedad y buscarle justificación, razón de ser. El arte es por el simple hecho de ser. No debemos cometer el error de creer que el arte contemporáneo es arte protesta, arte anti-guerra, anti-contaminación, anti-globalización, anti-loquesea. El arte no lo necesita. A un artista no debe de pedírsele razones o sentido. A un artista no hay que clasificarlo. A un artista no hay que llamársele artista, hay que llamarle autor. El arte no es privado de cierto sector, todos pueden hacer arte.
Tal vez la única protesta real del arte contemporáneo es contra los rígidos esquemas de pensamiento que plagan las mentes y tratan de darle una forma entendible. Tal vez ni siquiera eso le importe. Cuando la obra es acabada deja de ser del autor y pasa a ser de los espectadores. Entonces solo existen nuestras razones, nuestras justificaciones y nuestras ideologías. Entonces el guia está mal y quien compara las obras con hit parade está bien. Entonces el arte pierde sentido. Al darle sentido lo pierde. Por eso el arte debe de permanecer sin sentido aparente, debe de permanecer siendo por el solo hecho de ser.
La gente llega al museo en grupos. Los pocos que se atreven a navegar solos por él suelen terminar desconcertados y los que navegan con guía… aún más.