cronicas de un mundo sin dioses aparentes

algo me ha faltado.

Estoy en una etapa de no pertenencia. No tengo idea de que soy. No me identifico con nadie, con nada. Esta duda me está obligando a replantearme muchas cosas.
Mascaras, mascaras, mascaras, tan solo mascaras. Mis conocidos no me entienden, mis amigos desaparecen y se escapan, ahora no se en quien puedo confiar. Me apego más a gente que no conozco que a la gente que conozco, quienes se dedican a otras cosas, cosas que la verdad no me interesan.
¿¿Estamos condenados a permanecer solos?? ¿¿a que nadie nos comprenda nunca??
Hay cosas que extraño y hay cosas que odio con todo ser. Siento que los días se vuelven repetitivos y no lo soporto. Necesito un cambio, y pronto. Espero el viaje con ansias asesinas, no soportaré mucho más la rutina.
Mis murallas suben más y más. El miedo aumenta, la inseguridad junto con él. Las voces de mi cabeza se enojan conmigo y yo me enojo con ellas. El silencio no me deja respirar, no me ha dejado. Todos sabemos que hay presiones.
El agujero en mi estomago crece. La noche se está encargando de deprimirme y la repetición de mis conceptos una vez más me han dado un golpe. Sigo sin encontrarme, pero atrapado dentro de mí. La gente no ha ayudado mucho en esto.
Silencio. Me dedico a darle una y otra vez vueltas a mis ideas. Silencio. Tal vez es lo mejor.